Cómo afecta la inflación en los préstamos
- septiembre 24, 2024
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Cómo afecta la inflación a los préstamos
El término «inflación» se ha vuelto común en boca de todos, desde economistas hasta el vecino de la escalera, especialmente desde el inicio de la crisis del coronavirus.
En el año 2022, la inflación alcanzó niveles extraordinarios no vistos en años, incluso superando la crisis del 2008.
Hace apenas dos años España experimentó una inflación media del 8,4%, una cifra completamente inimaginable para muchos, especialmente considerando los niveles que apenas rozaban el 1% en periodos anteriores.
Ahora, hemos aprendido que una tasa de inflación creciente afecta negativamente la situación financiera, pero ¿cómo afecta la inflación en los préstamos? ¿Nos beneficia o nos perjudica?
Contar con conocimientos sobre las expectativas inflacionarias y su repercusión nos ayuda a tomar determinadas decisiones, no solo en términos de consumo, sino también para evaluar si es el momento adecuado para solicitar préstamos y en general, para saber qué estrategia tomar en nuestras finanzas personales.
En este artículo, abordamos estas cuestiones y otras que puedan surgir sobre el impacto inflacionario en la deuda crediticia.
¿Afecta la inflación en los préstamos bancarios de manera positiva o negativa?
Pues como dijo Pau Donés en su canción, “Depende”, y depende de tu situación actual y qué tipo de préstamo hayas contratado.
Existen varios escenarios posibles que afectará de manera positiva o negativa al préstamo, sobre todo si se trata de un préstamo con un interés fijo o variable.
Cómo afecta positivamente la inflación a un préstamo de tipo fijo
La alta inflación ciertamente conlleva beneficios para aquellos que hayan adquirido préstamos personales a un interés fijo antes del aumento de los precios.
Con la inflación, el valor real del préstamo disminuye, lo que se traduce en una reducción en el coste para su reembolso.
Por ejemplo, si contrataste una hipoteca fija en el año 2000 con un 2% TAE (supongamos una cuota mensual de 750€), en la actualidad esa deuda de 750€ equivaldría a un coste de 829€.
Sin embargo, sigues pagando la misma cuota de 750€, además probablemente tus ingresos hayan aumentado, lo que hace que tu préstamo sea más barato y más asequible.
Pero ¿qué ocurre si quieres contratar un préstamo nuevo cuando hay una subida de los tipos de interés?
Cómo afectan negativamente la inflación y las subidas del interés a tu préstamo nuevo
De la misma manera que con una inflación elevada, suben los precios de los productos, también aumentan los tipos de interés.
Por ejemplo, si decides comprar un coche, no solo costará más caro porque el precio del vehículo ha subido, sino también porque los intereses del préstamo son más altos y tendrás que pagar más intereses.
Este no es el único inconveniente; con unos intereses más altos, la cuota mensual es más elevada.
Si el nivel de tus ingresos aumentará, no sería problema, pero el inconveniente radica en que los salarios no se ajustan al mismo ritmo que las subidas de inflación.
Y es que si tus ingresos no siguen el ritmo de la inflación, pierdes poder adquisitivo a largo plazo, capacidad de ahorro, y te ves más ajustado cada mes para alcanzar tus metas financieras.
Dicho de otra manera, incurres en más gastos, puedes ahorrar menos, lo que conlleva posibles situaciones de impago y retrasos en la devolución del préstamo.
Cómo afecta negativamente la inflación a un préstamo de tipo variable
En el caso de préstamos con tasas de interés variables, los prestamistas ajustan las tasas, de manera que en periodos de alta inflación, estas aumentan considerablemente.
Así pues, aquellas personas con préstamos hipotecarios a tipo variable experimentan una subida del interés durante la inflación, la cuota mensual será más elevada y en general el mismo préstamo será más caro.
De echo hemos experimentado un subida en el coste de las hipotecas de casi el 50%, en el 2020, el coste de una hipoteca de 150.000€ costaba 50.000€ y esta misma hipoteca en el 2022 costaba 90.000€
¿Y por qué suben las tasas de interés? Para abordar esta cuestión, nos centraremos en el Índice de Aumento de Precios al Consumidor (IAPC) y en la dinámica del sistema monetario.
A continuación, explicamos estos conceptos y cómo funciona.
Qué papel juega la inflación en los préstamos
La inflación, el invitado que pocos soportan en la fiesta económica, juega un papel crucial en la determinación de las tasas de interés aplicadas a los préstamos, pero para saber cómo, primero hay que entender cómo se mide la inflación.
Como explicamos en este artículo sobre la inflación, se mide a través de indicadores que sirven para conocer la variación del precio de los productos.
Evidentemente, hay familias que se verán más afectadas que otras, y esto se debe a que, aunque hay un aumento general de todos los productos, no todos suben por igual.
Algunos servicios aumentan más que otros, y las familias consumen unos productos más que otros.
Por ejemplo, si el precio de la gasolina se dispara, pero no tienes coche, la inflación no te afectará tanto.
Así pues, algunas personas pueden tener una percepción de la inflación más alta que otras.
El IPC subyacente y el IAPC dos índices claves en los préstamos
Tanto a nivel nacional como europeo, se realiza una comparación de precios respecto a un periodo anterior. Si es interanual, significa que se comparan los precios de ese mes con los del mismo mes del año anterior.
Por ejemplo, comparan los precios de enero de 2023 con enero de 2024, y la diferencia es el indicador del nivel de inflación.
En España, la tasa de inflación se mide a través del IPC (Índice de Precios al Consumidor), que indica la diferencia de los precios de determinados productos. Es decir, comparan los gastos que un español medio puede tener.
Pero la tasa que realmente nos interesa es la del IPC subyacente, que compara una cesta de la compra, es decir, los mismos productos que en el IPC, pero excluyendo el coste de la gasolina, los servicios (como el agua, luz y gas) y otros productos cuyo precio es más volátil.
A nivel europeo, la inflación se mide con el IAPC (Índice Armonizado de Precios de Consumo), un índice que mide el precio de consumo de los países de la zona europea de manera armonizada, es decir, homogénea.
Por lo tanto, cada país de Europa sigue el mismo parámetro, ya que de lo contrario sería imposible conseguir un nivel de inflación general para toda Europa cuando cada uno mide lo que le viene en gana.
¿Y por qué interesa saber la tasa de inflación subyacente y el IAPC? Pues porque es la tasa que realmente observan los bancos centrales.
Para entender el motivo, explicamos cómo funcionan los préstamos.
Cómo funcionan los préstamos con inflación y cómo se ven afectados
Cuando solicitas préstamos personales, la entidad financiera proporciona información clave en forma de dos porcentajes: TIN y TAE.
Como explicamos detalladamente en nuestro artículo sobre qué es el TIN y TAE, el TIN representa la parte del préstamo que pagarás, es decir, cuánto te costará ese crédito.
Ahora bien, ¿quién establece este porcentaje? ¿Es algo arbitrario?
No, en absoluto. Para comprenderlo de manera sencilla, cuando solicitas un préstamo, las entidades financieras consiguen ese dinero a través de otro préstamo que obtienen del Banco Central.
En otras palabras, el porcentaje que indican incluye el coste que incurre al adquirir ese crédito, además de sus ganancias.
En situaciones de baja inflación, al prestamista le resulta económico «comprar» ese crédito, por lo que las tasa de interés aplicadas son mínimas.
Sin embargo, en periodos de alta inflación, las entidades financieras deben evitar pérdidas. Para lograrlo, realizan cálculos que consideran descontar la tasa de inflación al interés nominal.
Así obtienen la llamada tasa de interés real, que les permite determinar si obtienen ganancias o pérdidas, teniendo en cuenta la inflación.
Se llama tasa de interés real porque permite saber con más precisión el interés
Tasa de inflación – TIN = Tasa de interés real
Este concepto de tasa de interés real no solo se aplica a los préstamos, sino que también es relevante al calcular las ganancias reales en inversiones.
Por ejemplo, si tienes una cuenta de ahorro con un rendimiento del 4% TIN y la inflación es del 3%, en realidad estás ganando un 1%.
Lo mismo sucede con los préstamos. Si un prestamista otorga dinero con un interés del 3% y la inflación sube al 3%, la entidad financiera no obtiene ganancias por la operación.
Así, cuando una entidad financiera ofrece préstamos a largo plazo con un interés fijo, deben realizar previsiones de la tasa de inflación para asegurarse de que la operación sea rentable y no genere pérdidas.
Previsiones de la tasa de inflación para calcular el interés de los préstamos
Afortunadamente, los analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén que la inflación regrese al 2% durante el 2024.
Un 2% de inflación es el recomendado pues supone un crecimiento en la economía sin afectar en gran medida los bolsillos de las familias.
Tras una alta inflación, por lo general, se necesitan entre uno o dos años máximo para regresar a los niveles recomendados.
Evidentemente, hay analistas más optimistas y otros menos, algunos estiman que llegaremos antes a unos niveles normales y otros que tardaremos más, pero en lo que todos están de acuerdo es que estos niveles están bajando gradualmente.
¿Y quién tiene la función de alcanzar estos niveles? El Banco Central Europeo es la entidad encargada de normalizar la economía mediante la estandarización de los precios
» Nuestro trabajo es mantener la estabilidad de precios. Para ello nos aseguramos de que la inflación —la tasa de variación de los precios a lo largo del tiempo— sea baja, estable y predecible: 2 % a medio plazo.»
ECB
Así pues, el BCE toma una política monetaria y son los bancos centrales nacionales quienes las aplican.
Por ejemplo, el Banco Central Europeo presta dinero al Banco de España que a su vez presta dinero a otros bancos y financieras.
El BCE, junto con los gobiernos, son quienes se encargan de fomentar la recuperación económica.
Ante una subida de inflación, la solución del BCE es subir los tipos de interés, de esta manera se encarece el dinero, prestar dinero es más costoso y como consiguiente se reduce la demanda y disminuye el consumo.
Si tienes que solicitar financiamiento y tienes que pagar una cuota elevada, posiblemente lo pensarás dos veces y optes por no realizar esta adquisición.
Subir los tipos de interés de los préstamos no es la única solución, para poder determinar qué acción tomar hay que saber que ha causado la inflación.
En el reciente caso, tras la pandemia del Covid-19 hubo un exceso de demanda y consumo, todos estábamos ansiosos por salir y gastar tras meses de restricciones.
Al aumentar la demanda, subieron los precios. Y para más inri, empezó la guerra de Ucrania que limitó la oferta al haber problemas de suministro.
Como resultado, los precios aumentaron aún más por haber una fuerte demanda y muy poca oferta.
Para restablecer el equilibrio, el BCE necesita reducir la demanda y lo logra encareciendo el precio del dinero mediante el incremento de los tipos de interés
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¿Debería solicitar un préstamo con las actuales tasas de inflación?
Si la inflación está en sus máximos, no es aconsejable solicitar un préstamo.
La razón es simple: al calcular los intereses, se consideran tanto los tipos de interés actuales como los anticipados, lo que automáticamente implica tasas de interés significativamente más altas.
En consecuencia, los expertos sugieren optar únicamente por opciones de financiación a corto plazo durante periodos de alta inflación.
Si tienes una emergencia financiera puedes recurrir a empresas de préstamos online como MoneyMan, una empresa con solida reputación tanto en el sector financiero como entre los clientes.
Como se mencionó antes, la inflación tiende a disminuir entre los 2 o 3 años, por lo que contraer deudas a largo plazo con un interés a tipo fijo, conlleva el riesgo de enfrentar una carga de deuda más elevada, ya que pasado los 3 años, el interés que estarás pagando será superior a los niveles inflacionarios.
Así que, si decides pedir un préstamo ahora, es recomendable hacerlo a corto o medio plazo con interés fijo o directamente con interés variable.
Es por este motivo que las hipotecas mixtas han estado en el punto de mira de muchos compradores.
Subida de los tipos de interés y del valor de las viviendas
Quienes tienen préstamos hipotecarios experimentan un beneficio adicional durante la inflación.
Las propiedades, ya sean apartamentos o casas, tienden a aumentar de valor en épocas de inflación.
Algunos inversores consideran que esto automáticamente incrementa los activos de los prestatarios, abriendo posibilidades financieras, aunque esto está sujeto a diversas condiciones.
Y es que, si decides utilizar la vivienda para venderla y comprar otra, es posible que no obtengas ganancias significativas. Esto se debe a que, aunque el valor de tu propiedad haya aumentado, el precio general de las viviendas también ha subido.
Por ejemplo, si tu piso pasó de valer 100.000€ a 150.000€, al venderlo y buscar uno más grande por 150.000 euros, terminarías en una situación similar a la inicial, sin ganancias sustanciales.
Por tanto, la inversión en propiedades inmobiliarias se presenta como una alternativa para combatir la inflación, aunque es esencial considerar las dinámicas del mercado y las estrategias financieras individuales.
Conclusión: ¿Qué ocurre con los préstamos cuando hay inflación?
La relación entre los préstamos y la inflación es muy estrecha, ya que el aumento en el coste del dinero puede impactar la carga de tu deuda.
Aquellos que hubieron contratado un préstamo con interés fijo antes de la subida de los tipos de interés, se benefician, porque cuando la tasa de inflación supera la tasa de interés nominal, el valor real del préstamo a reembolsar disminuye automáticamente.
Esto implica que el prestatario necesitará menos poder adquisitivo para cumplir con su obligación de pagar la deuda.
Sin embargo, también hay que analizar los ingresos en relación con la inflación. Si el salario no puede mantenerse al ritmo del aumento inflacionario, es posible que la devaluación del préstamo no compense.
Para aquellos que tienen contratado un préstamo hipotecario a tipo variable, han experimentado aumentos en los tipos de interés, correlativos al alza del Euríbor.