¿Observas cómo el dinero se esfuma sin tener claro en qué lo gastas?
Una explicación plausible podría ser la presencia de los gastos hormiga, fantasma o vamprio.
Aunque individualmente su importe no sobrepase los 5€ o 10€, al acumularse a lo largo del mes, podrían resultar en una suma significativa.
¿Te sorprende?
Descubre cuáles son esos gastos hormiga, fantasma o vampiro y aprende cómo prevenirlos.
¿Qué son los gastos hormiga?
Los gastos hormiga son aquellas compras pequeñas, no urgentes e innecesarias que, aparentemente, son insignificantes.
Sin embargo, al sumar el conjunto de todas estas compras, la cantidad resultante puede ser considerable, ya sea al final de la semana, del mes o del año.
Este tipo de gastos, al ser aparentemente inofensivos a primera vista, son difíciles de detectar y, por tanto, son la causa de la inestabilidad financiera en muchas familias españolas, ya que pueden consumir una parte significativa de los ingresos.
Estos gastos hormiga occurren en la vida cotidiana y se repiten constantemente; al ser de una importancia tan pequeña, parecen inofensivos para la economía.
El nombre deriva de una metáfora de las hormigas, que, a pesar de ser pequeñas individualmente, poco a poco y con el conjunto de todas las hormigas, logran llevar a cabo su labor.
Gastos hormiga que debes tener presente
Como se ha mencionado antes, los gastos hormiga son aquellas compras que ocurren en la vida diaria, generalmente productos de alimentación y consumo.
Aquí te dejamos una lista de los más comunes:
- El café o desayuno de la mañana en el bar o en la máquina de café
- Tabaco
- La comida a domicilio o almuerzo “barato” tipo bocadillo durante la jornada laboral
- Propinas
- Refrescos y dulces durante el día
- Meriendas
- La cervecita después de trabajar o la de los fines de semana
- Servicio de transporte en taxi o similar
- Cualquier compra impulsiva que no esté incluida en el presupuesto
Seguro que realizas más de unos gastos, y no es que estén mal, el inconveniente es cuando se realizan a diario o muy seguido, es entonces cuando podría afecta la economía.
Por ejemplo, el típico café de la mañana.
Supongamos que tiene un precio de 2€. Consumido los 5 días de la semana, suman 10€ y al final del mes sumarían 40€.
Anualmente estarías gastando 520€ solo en cafés (4€ por 52 semanas).
Y si esto puede parecer poco, vamos a realizar una tabla con un ejemplo de consumo mensual
Tipo de gastos | Coste | Repeticion | Total |
---|---|---|---|
Cafe de la mañana: | 2€ | 5 días | 10€ |
Chicles y snacks | 5 | 2 días | 10€ |
Cerveza después del trabajo | 3€ | 2 día | 6€ |
Almuerzo en restaurante | 12€ | 1 día | 12€ |
Propina en el restaurante | 2€ | 1 día | 2€ |
Delivery del almuerzo o take away | 8€ | 1 días | 8€ |
Refrescos | 3€ | 3 días | 9€ |
Meriendas o desayuno: croissant, bocadillo, etc | 4,5€ | 2 días | 9€ |
Taxi | 5€ | 1 día | 5€ |
Gastos Totales semanalmente: | 71 |
Como puedes comprobar, estos gastos innecesarios y aparentemente insignificantes que semanalmente pueden sumar 71€, multiplicados por las 4 semanas del mes, alcanzan los 284€ y anualmente suman 3.408€.
Si tuvieras contratado un préstamo personal, podrías destinar ese capital para liquidarlo, o para la hipoteca, o sencillamente ahorrar o invertirlo para sacar más rentabilidad.
Esto no quiere decir que no puedas realizar este consumo.
Si tu economía lo permite, no tienes por qué restringirte.
Ahora bien, si estás pasando por problemas financieros o simplemente tienes metas que deseas alcanzar, es recomendable realizar recortes.
Sea cual sea tu caso, nunca está de más saber en qué gastas el dinero.
Es por este motivo que se aconseja realizar un presupuesto.
Si no sabes cómo, en este artículo te explicamos cómo hacer un presupuesto personal.
De esta manera, podrás visualizar y detectar qué compras deberías suprimir o aquellas que puedes reducir.
¿Qué son los gastos fantasma?
Los gastos fantasma son aquellos pago que parecen invisibles y suelen olvidarse al elaborar un presupuesto personal.
Estos gastos son difícilmente recordados, en gran parte debido a que son pagos automáticos de pequeñas cantidades que se descuentan directamente de la cuenta bancaria.
Por lo general, son cargos domiciliados en la tarjeta de crédito relacionados con compras.
Ejemplos comunes de estos gastos incluyen suscripciones a servicios poco utilizados o apenas aprovechados, son las plataformas de streaming, gimnasios o revistas.
Esas cuotas aparentemente insignificantes, por ejemplo un cargo de 3€, pueden acumularse a lo largo del año, sumando un total de 36€ por un servicio que quizá no utilices.
Aunque un solo servicio pueda no afectar significativamente a una economía sostenible, si se reciben cargos de diferentes servicios a lo largo del mes, estos gastos mensuales podrían ascender considerablemente.
Supongamos que recibes dos pagos mensuales a suscripciones de 3€ otro 1,5€, otro de 2€.
Al calcularlo mensualmente suman 6,5€ que anualmente se traduce en 78€, y a lo largo de 5 años, alcanzaría la suma de 390€.
Es por este motivo que se recomienda revisar el historial de pagos detenidamente para identificar y gestionar estos gastos que, aunque puedan parecer pequeños, pueden tener un impacto financiero considerable a largo plazo.
¿Qué son los gastos vampiro?
Los gastos vampiro son aquellos gastos económicos que, de manera sutil y muchas veces inadvertida, afectan negativamente nuestras finanzas personales.
La metáfora con los vampiros se basa en la idea de que, al igual que estos seres chupan la sangre, estos gastos pueden succionar nuestra economía sin que apenas lo notemos.
A diferencia de los gastos relacionados con compras específicas, los gastos vampiro están más vinculados a hábitos de consumo repetitivos.
Un ejemplo es el consumo energético excesivo o poco responsable, que puede resultar en un aumento del 20% en la factura.
Prácticas como dejar cargadores enchufados sin cargar el dispositivo, mantener el televisor en modo stand by, regular la nevera a una temperatura inadecuada o un uso irresponsable del aire acondicionado o calefacción entran en esta categoría.
Otro ejemplo se encuentra en el uso inadecuado del vehículo, como una conducción agresiva implica mayores gastos y reparaciones del vehículo.
En ocasiones, estos gastos son tan imperceptibles que no derivan directamente de la conducta del individuo, como una pequeña fuga de agua que afecta el consumo y, por ende, la factura.
Para evitar que estos gastos vampiro afecten nuestra economía, es fundamental adoptar hábitos de consumo responsables, realizar un seguimiento detallado de los gastos y estar atentos a posibles fugas económicas.
¿Cuál es la diferencia entre los gastos hormiga, fantasma y vampiro?
Los gastos hormiga, fantasma y vampiro comparten similitudes, siendo difíciles de distinguir debido a su naturaleza común: gastos de pequeña escala que suelen pasar desapercibidos dada su magnitud individual o la dificultad para percibirlos.
A pesar de estas similitudes, presentan algunas diferencias notables:
Gasto | Hormiga | Fantasma | Vampiro |
---|---|---|---|
Tipo: | consumo diario | pago automáticos | hábitos de consumo |
Repetición: | diaria | mensual | diaria |
Importe: | 1€ a 15€ | 1€ a 15€ | 1€ a 15€ |
Ejemplos: | café diario snacks comida a domicilio | suscripciones | televisor en stand by mal uso de electrodomésticos |
Gastos Hormiga:
Estos se definen como pequeños gastos recurrentes que, aunque parecen insignificantes individualmente, acumulan una suma considerable con el tiempo.
Ejemplos: café diario, snacks y pequeños caprichos que, al sumarse, impactan notablemente en tu presupuesto.
Gastos Fantasma:
En contraste, los gastos fantasma se refieren a pagos automáticos o suscripciones que suelen pasar desapercibidos, ya sea por olvido o subestimación de su impacto financiero.
Ejemplos: pagos mensuales en servicios como Netflix, Disney Channel, gimnasio, revistas, entre otros.
Gastos Vampiro:
Finalmente, los gastos vampiro son acciones inconscientes relacionadas con el consumo diario de electrodomésticos o de la vivienda, que implican un aumento del gasto de manera constante y silenciosa.
Ejemplos: dejar el televisor en stand by, cargar dispositivos sin usar, mal uso de la calefacción o instalaciones eléctricas incorrectas.
Todos estos gastos comparten la característica de la falta de visibilidad inmediata, pero afectan significativamente tus finanzas personales.
Reconocer y gestionar estos gastos de manera efectiva contribuirá significativamente a mantener un control financiero más sólido y consciente.
¿Cómo identificar y evitar los gastos hormiga, gastos fantasma y gastos vampiro?
A continuación explicamos como identificar y prevenir estos gastos pequeños, invisibles y vampíricos:
Llevar un registro diario de los consumos
El análisis de estos gastos puedes realizar de manera manual o automática.
Una opción sería solicitar los recibos por cada compra realizada y anotarlos al final de semana en un excel, asó podrás ver qué gastas y cuándo.
Guarda todos los recibos, incluso los de importes mínimos para un cálculo más preciso.
Alternativamente, realizando todas las compras con tarjeta, puedes visualizar cualquier pago desde la aplicación.
De hecho, casi todas las entidades bancarias realizan categorizaciones de pagos.
El inconveniente de esto es que la categorización no siempre es precisa, o en ocasiones, el descriptor de la compra que aparece en el historial de pagos no es el mismo que el nombre del comercio, lo que puede llevar a confusiones.
En caso de optar por esta alternativa, sugerimos el uso de una tarjeta prepago o realizar compras a débito para lograr un mejor control y evitar el riesgo de efectuar transacciones a crédito.
En cualquier caso, tanto si realizas un análisis manual o más tecnológico, revisa los gastos de la tarjeta para no olvidar los gastos recurrentes en suscripciones.
Planifica tus gastos
La planificación es esencial para un mejor control financiero.
Una buena planificación permite ceñirse a un plan de gastos y evitar aquellos gastos hormiga que pueden marcar la diferencia en tu capacidad de ahorro.
Para que la planificación sea exitosa, debes dejar espacio para los gastos sorpresa y gastos recompensa, es decir, aquellos caprichos que quieres darte, pero que están dentro del presupuesto y controlados.
Llevar un control muy riguroso de las compras puede acabar, según el tipo de persona, en tirar la toalla; darse flexibilidad de tanto en tanto es bueno.
Cancela suscripciones
Después de detectar los gastos mensuales, cancelar los superfluos e innecesarios y realiza cambios de hábito de consumo.
Es importante no realizar cambios radicales de manera abrupta, ya que esto puede resultar ineficiente.
Hacer ajustes poco a poco es más eficaz que cambiar de golpe.
La flexibilidad es fundamental; permitir caprichos controlados dentro del presupuesto ayuda a mantener la motivación sin sentirse abrumado.