activo y pasivo

Activo y pasivo

  • marzo 5, 2025
  • 21 min de lectura
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Tanto en una empresa como en las finanzas personales de una familia, uno de los primeros pasos para evaluar la salud financiera es entender las cuentas de activo y pasivo, así como su relación con el patrimonio neto.

¿Qué es un activo y un pasivo? Esta pregunta abre la puerta a conceptos fundamentales en contabilidad y finanzas, que se expresan claramente en el balance activo y pasivo.

En este artículo explicamos la diferencia entre activo y pasivo, analizamos ejemplos concretos y mostramos de forma práctica cómo se relacionan.

Asimismo, veremos términos como activo corriente y pasivo corriente, cuentas de activo y pasivo, y la importancia del activo, pasivo y patrimonio neto en la contabilidad.

¿Qué es un activo?

Un activo representa el conjunto de bienes, derechos e inversiones que posees o que posee una empresa.

Estos recursos tienen un valor monetario y tienen la capacidad de generar ingresos.

En el entorno familiar, un activo es cualquier recurso que aporta valor y genera ingresos.

Estos pueden ser desde inversiones financieras que te aporten dividendos hasta bienes que, con el tiempo, aumenten su valor. Ejemplos comunes incluyen:

  • Vivienda en alquiler (aunque este tema genera debate, ya que una casa también tiene gastos asociados)

  • Vehículos si se utilizan para generar ingresos extra (por ejemplo, un taxista ofreciendo servicios de transporte)

  • Inversiones en acciones, bonos o fondos de inversión que paguen dividendos

  • Cuentas de ahorro o depósitos bancarios a plazo fijo que generen intereses que potencien el ahorro

Tipos de activos en la economía familiar:

  • Activos financieros (inversiones, ahorros)

  • Activos tangibles (propiedades, vehículos)

  • Activos intangibles (educación, habilidades)

Las cuentas de ahorro o las remuneradas son activos financieros que permiten además de ahorrar obtener una pequeña rentabilidad.

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¿Qué es un pasivo?

Un pasivo se refiere a todas aquellas deudas y obligaciones de pago con terceros.

En otras palabras, un pasivo saca dinero de tu bolsillo y genera costes.

Entre ellos, se encuentran préstamos, deudas comerciales, impuestos y otras obligaciones financieras.

Tipos de pasivos:

  • Deudas a corto plazo

  • Deudas a largo plazo

  • Otras deudas recurrentes, como préstamos estudiantiles, que implican pagos mensuales y generan costes adicionales

Un pasivo es aquello que saca dinero de tu bolsillo.

Se relaciona con las deudas y obligaciones que comprometen parte de tus ingresos futuros.

Entre los ejemplos más frecuentes encontramos:

  • Préstamos: por ejemplo, préstamos personales y créditos, como los de tarjetas de crédito o préstamos para vehículos

  • Hipotecas para financiar la compra de una vivienda

  • Otras deudas recurrentes, como préstamos estudiantiles, que implican pagos mensuales y generan costes adicionales

La importancia de equilibrar activos y pasivos

Una buena planificación financiera familiar se basa en aumentar tus activos y mantener al mínimo tus pasivos.

Mejorar tu balance personal implica gestionar correctamente tanto los recursos que generan ingresos como las obligaciones que comprometen tu economía.

Activos como motores de ingresos

Los activos no solo representan bienes o inversiones, sino que actúan como motores que pueden generar ingresos pasivos.

Esto se traduce en entradas de dinero periódicas, como dividendos de acciones inviertiendo en bolsa, intereses de cuentas de ahorro o rentas provenientes de propiedades alquiladas.

Un activo genera dinero

Con el tiempo, estos ingresos pueden reinvertirse para adquirir nuevos activos, creando un ciclo virtuoso de crecimiento financiero.

Por ello, al enfocarte en aumentar tus activos, estás construyendo una fuente de ingresos que puede ayudarte a alcanzar la independencia financiera.

Una de la mejor manera para conseguir activos es invirtiendo, por ejemplo en fondos de inversión, pues a largo plazo es un tipo de inversión relativamente prudente y con riesgo muy moderado.

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El impacto de los pasivos en la capacidad de ahorro

Los pasivos, en cambio, son compromisos financieros que extraen recursos de tu bolsillo en forma de pagos periódicos.

Ejemplos comunes incluyen préstamos, hipotecas o el uso indiscriminado de tarjetas de crédito.

Un pasivo quita dinero

Si estos pasivos crecen de manera descontrolada, pueden limitar severamente tu capacidad para ahorrar e invertir, ya que una gran parte de tus ingresos se destina a cubrir intereses y abonar cuotas.

Mantener bajos los pasivos significa, en definitiva, reducir el coste financiero y proteger la liquidez familiar.

Un pasivo puede ser también un activo

La diferencia entre activo y pasivo parece sencilla, pero esta línea separadora se vuelve borrosa en ciertas ocasiones.

Ejemplo práctico: Un taxista solicita un préstamo para comprar el coche

Imagina que decides comprar un coche financiado mediante un préstamo.

El vehículo en sí es un activo, ya que lo utilizas para para generar ingresos como taxista.

Sin embargo, la cuota del préstamo que se paga mensualmente constituye un pasivo.

La clave está en evaluar si el valor y el uso del coche permitirán, a largo plazo, generar ingresos suficientes para que el beneficio supere el coste del préstamo y los gastos asociados, como el mantenimiento o el seguro.

  • El vehículo en sí es un activo, ya que lo utilizas para generar ingresos como taxista.

  • Sin embargo, la cuota del préstamo que se paga mensualmente constituye un pasivo.

La clave está en evaluar si el valor y el uso del coche permitirán, a largo plazo, generar ingresos suficientes para que el beneficio supere el coste del préstamo y los gastos asociados, como el mantenimiento o el seguro.

Lograr un equilibrio entre activos y pasivos es fundamental

Un equilibio sano evita endeudamientos innecesarios.

También se recomineda ser estratégico a la hora de adquirir nuevas deudas, asegurándo siempre de que el endeudamiento favorezca la generación de ingresos o la adquisición de un activo que se revalorice.

Por ejemplo, recurrir a un préstamo para invertir en educación o capacitación profesional puede considerarse una deuda inteligente si, en el futuro, ese conocimiento se traduce en mejores ingresos

Ejemplo: Vivienda para vivir o como segunda residencia: ¿activo o pasivo?

Muchas veces se considera que la compra de una vivienda es un activo, pero si tu intención es habitarla y no generar ingresos directamente de ella, en realidad cumple más la función de un pasivo.

Vivienda para vivir:

unque una casa en la que vives representa un valor y, en muchos casos, se revaloriza con el tiempo, no genera ingresos directos.

Además, al ser el lugar donde resides, incurres en gastos constantes como mantenimiento, reparaciones, impuestos inmobiliarios, seguros y servicios.

Estos costes reducen la liquidez familiar y consumen parte de tus recursos, lo que hace que esta inversión se comporte más como un pasivo en tu balance personal, ya que extrae dinero de tu bolsillo de manera regular.

  • No genera ingresos directos
  • Representa gastos constantes (mantenimiento, impuestos, seguros, servicios)
diferencias entre activo y pasivo

Segunda residencia

Lo mismo ocurre cuando adquieres una vivienda como segunda residencia. A menos que la utilices para generar ingresos (por ejemplo, alquilándola), la segunda vivienda también representa un gasto adicional.

Las cargas financieras, tales como el pago de una hipoteca, mantenimiento, impuestos y seguros, contribuyen a que esa propiedad actúe como un pasivo, precisamente por el flujo de salida que ocasiona en tus finanzas.

Sin embargo, si se alquila esta segunda residencia, entonces pasaría a ser un activo. 

  • Si no se alquila, representa un gasto adicional
  • Si se alquila, genera ingresos y se convierte en un activo

El valor de una vivienda puede apreciarse con el tiempo, pero los gastos asociados pueden hacer que funcione como un pasivo en términos de flujo de caja.

Depreciación o aumento de valor en una vivienda

El valor de una vivienda puede comportarse de manera diferente a otros activos.

Por un lado, una vivienda puede apreciarse con el tiempo, aumentando su valor de mercado gracias a factores como la revalorización de la zona, reformas en la vivienda, o cambios en la demanda.

Sin embargo, si la vivienda se adquiere para habitar y no generar ingresos, los gastos asociados (mantenimiento, impuestos, seguros, etc.) la convierten en un pasivo en términos de flujo de caja.

Por otro lado, en algunos casos, la vivienda puede depreciarse, especialmente si no se mantiene adecuadamente o la zona pierde atractivo.

En este sentido, aunque el inmueble se considere un activo, el valor real para la economía familiar se ve afectado por los gastos constantes y la posible pérdida de valor.

Una vivienda puede experimentar tanto apreciación como depreciación.

Lo fundamental es evaluar no solo su valor de mercado, sino también el impacto de sus costos asociados, para comprender si en realidad actúa como un activo que aporta al balance o como un pasivo que extrae recursos de la economía familiar.

Ejemplo: Comprar un ordenador para estudiar o trabajar: ¿activo o pasivo?

Un ordenador puede considerarse un activo cuando se utiliza como herramienta para generar ingresos directos.

Esto ocurre especialmente en casos de trabajo freelance o emprendimiento digital, donde el dispositivo se convierte en el medio principal para producir valor económico.

En estos escenarios, el ordenador es comparable a la maquinaria en una fábrica tradicional: un instrumento esencial para la creación de bienes o servicios comercializables.

También podemos clasificarlo como activo cuando mejora significativamente la productividad laboral y amplía tus posibilidades de ascenso o aumento salarial.

Si se utiliza para aprender y estudiar también podría considerarse un activo ya que permite adquirir conocimientos y formarse profesionalmente.

Inversión en productividad

Un ordenador que se utiliza para estudiar o trabajar puede ayudarte a mejorar tus habilidades, aumentar la productividad y, en muchos casos, generar ingresos.

Al facilitar el acceso a información, cursos en línea, y herramientas de trabajo, este dispositivo puede actuar como una palanca para mejorar tus perspectivas económicas a largo plazo.

En este sentido, lo podemos considerar una inversión que, aunque se deprecie con el tiempo, aporta beneficios intangibles que pueden traducirse en ingresos mayores o mejores oportunidades laborales.

  • Puede mejorar habilidades y aumentar ingresos
  • Puede facilitar acceso a mejores oportunidades laborales

El ordenador es un pasivo si es para ocio

Por otro lado, el mismo dispositivo podría considerarse un pasivo cuando se compra principalmente para ocio o consumo personal.

En este caso, no genera retornos financieros y representa únicamente un gasto, similar a otros bienes de consumo que no producen valor adicional más allá de la satisfacción personal que proporcionan.

También cae en la categoría de pasivo cuando se financia con deuda de alto interés sin un plan concreto para generar retorno.

Finalmente, adquirir un modelo excesivamente caro para las necesidades reales convierte al ordenador en un pasivo financiero.

Si el ordenador se usa para generar ingresos o mejorar la educación, se acerca más a un activo. Si se usa solo para entretenimiento, es más un gasto.

pasivo y activo

Depreciación y valor residual:

Los ordenadores, como la mayoría de los dispositivos tecnológicos y los coches, sufren depreciación acelerada.

Esto significa que, si bien en el momento de la compra tienen un valor, ese valor se va reduciendo rápidamente a medida que avanza la tecnología y surge el desgaste por el uso.

Desde la perspectiva contable, se podría registrar como un activo en el balance si se utiliza en actividades profesionales o educativas, pero con la salvedad de que su valor contable se reducirá a lo largo del tiempo.

  • Sufre depreciación acelerada
  • Su valor contable se reduce con el tiempo

Consideración en la economía familiar

En una familia la compra de un ordenador para estudiar o trabajar se debe evaluar en términos de rendimiento sobre la inversión.

Si el dispositivo facilita el acceso a mejores oportunidades o incrementa la capacidad de generar ingresos, su adquisición es justificable y se acerca más a ser un activo que aporta valor.

Por el contrario, si el uso del ordenador es meramente recreativo sin generar beneficios educativos o laborales, se trataría más de un consumo que podría considerarse como un gasto, aunque sea ocasionalmente necesario.

Consejos para equilibrar tus activos y pasivos 

  • Presupuesta con criterio:
    Saber cuánto ganas y en qué gastas es el primer paso para identificar oportunidades de ahorro e inversión. Establece un presupuesto familiar que te permita asignar una parte fija de tus ingresos a la inversión en activos.

  • Evita el endeudamiento excesivo:
    Siguiendo una visión financiera prudente, limita el uso del crédito, especialmente aquel que genera altos intereses, como el de las tarjetas de crédito. Recuerda que cada deuda es un pasivo que resta liquidez y potencial de inversión a tu economía.

  • Invierte en activos que pongan dinero en tu bolsillo:
    No todos los bienes son iguales. Antes de adquirir un activo, evalúa si realmente puede generar ingresos o aumentar de valor. Por ejemplo, si bien una vivienda es un activo, también genera gastos como mantenimiento e impuestos. Aprende a diferenciar entre aquellos bienes que verdaderamente aportan a tu balance familiar y los que, pese a ser poseídos, actúan más como pasivos.

  • Fórmate:
    La educación es la base para tomar decisiones inteligentes. Inviértete en aprender conceptos básicos de contabilidad y finanzas personales: conoce tu propia tabla activo y pasivo, identifica la diferencia entre activo y pasivo financiero en tu situación, y adáptalo a tu contexto familiar.

Mitos comunes sobre activos y pasivos

En el mundo de las finanzas personales, existen varios mitos que pueden llevar a decisiones equivocadas. Vamos a desmentir tres de los más comunes:

La vivienda donde resides es un activo: 

Este es quizás uno de los mitos más arraigados en nuestra cultura financiera.

Realidad: Una casa puede ser tanto un activo como un pasivo, dependiendo de cómo afecte tu flujo de caja.

Si la casa genera ingresos (por ejemplo, alquilando una parte) que superan sus costos, entonces actúa como un activo.

Sin embargo, si vives en ella y solo genera gastos (hipoteca, mantenimiento, impuestos), se comporta más como un pasivo.

Consideración clave:

El valor de mercado de una casa puede aumentar con el tiempo, pero esto no necesariamente se traduce en un flujo de efectivo positivo para tu economía diaria.

Todos los préstamos son malos

Este mito puede llevar a evitar oportunidades de crecimiento financiero.

Realidad: Existen préstamos «buenos» y «malos», dependiendo de cómo se utilicen y su potencial retorno.

Los préstamos «buenos» son aquellos que se utilizan para adquirir activos que generan valor o aumentan tu capacidad de generar ingresos.

Por ejemplo, un préstamo para los estudios y educación que mejora tus perspectivas laborales, o un préstamo para iniciar un negocio rentable.

Los préstamos «malos» son aquellos que se utilizan para consumo o que no generan un retorno superior a su costo.

Por ejemplo, usar una tarjeta de crédito para compras impulsivas.

Consideración clave:

Lo importante es evaluar el propósito del préstamo y su potencial para generar valor a largo plazo.

Los activos siempre se aprecian

Este mito puede llevar a decisiones de inversión poco informadas.

Realidad: No todos los activos se aprecian, y algunos pueden perder valor significativamente.

Algunos activos, como acciones de empresas sólidas o propiedades en zonas de alta demanda, tienden a apreciarse a largo plazo.

Sin embargo, muchos activos se deprecian. Por ejemplo, la mayoría de los vehículos pierden valor con el tiempo.

Incluso activos tradicionalmente «seguros» como el oro pueden fluctuar en valor.

Consideración clave:

Es recomendable diversificar inversiones y entender que el valor de los activos puede subir o bajar. La clave está en la gestión del riesgo y en tener una estrategia a largo plazo.

Diferencia entre activo y pasivo en una empresa

La diferencia entre activo y pasivo en una empresa es sencilla y muy similar a la aplicada en la economía familiar.

Mientras el activo y pasivo de una empresa se centran en lo que se posee y lo que se debe, la diferencia entre estos elementos revela la posición financiera neta:

  • Si los activos superan a los pasivos, la empresa cuenta con un patrimonio neto positivo.
  • Si los pasivos son mayores, se refleja una situación de endeudamiento que podría requerir ajustes financieros.

Los activos se dividen, entre otras categorías, en activos fijos y activos circulantes (o activos corrientes). 

Por ejemplo, el efectivo, inventarios, maquinaria y propiedades son cuentas típicas de activo en contabilidad.

En términos simples, el activo es el destino de los fondos y el pasivo es su origen.

Pueden confundirse en ocasiones, pero es la diferencia entre activo y pasivo financiero lo que determina cuánto riesgo y liquidez tiene una empresa.

Activo pasivo en el balance

En la ecuación contable básica, tenemos:

A = P + PN

A es el activo
P es el pasivo
PN es el patrimonio neto

Este balance activo y pasivo ejemplo indica cómo los recursos de la empresa (activo) se financian a través de deudas (pasivo) y capital aportado por los socios (patrimonio).

La correcta interpretación de las cuentas es vital para comprender la situación financiera de la empresa que permiten tomar decisiones.

Clasificación de las Cuentas

Para entender de forma práctica qué es el activo y el pasivo de una empresa, es útil dividirlos en categorías:

  • Activo Corriente y Activo Fijo: el activo corriente (o circulante) agrupa bienes que se espera puedan convertirse en efectivo en un año, como inventarios y cuentas por cobrar. El activo fijo, en cambio, incluye propiedades, maquinaria y equipos que se mantienen a largo plazo.

  • Pasivo Corriente y Pasivo No Corriente: El pasivo corriente incluye deudas que deben saldarse en el corto plazo, tales como proveedores y obligaciones salariales. El pasivo no corriente abarca deudas a largo plazo, como préstamos bancarios e hipotecas.

A menudo, en la contabilidad se utiliza una tabla activo y pasivo para mostrar de manera visual estos elementos en el balance general. Esta tabla representa la distribución del “debe y haber” en el activo y pasivo, facilitando la comparación y el análisis financiero.

Ejemplos de activo y pasivo en contabiliadad empresarial

Considera estos ejemplos para clarificar conceptos:

Una empresa de servicios posee equipos de cómputo, mobiliario y cuentas bancarias. Estos representan el activo de la empresa.

Al mismo tiempo, la misma empresa cuenta con préstamos empresariales y créditos de proveedores, constituyéndose en pasivo.

La diferencia entre ambos elementos constituye el patrimonio: un balance activo y pasivo ejemplo concreto que permite evaluar si la operación es sustentable o no.

Asimismo, es importante reconocer que la gestión de ingreso pasivo y activo no se limita a las empresas.

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Autor Mireia Olive

Country Manager para el mercado español de Financer desde el 2016 y redactora especializada en contenidos financieros, con un enfoque particular en temas de finanzas, ahorro y préstamos. Con una experiencia de 10 años en el sector ha redactado más de un millar de artículos, los cuales han sido leídos por medio millón de usuarios. Ha contribuido con publicaciones en destacados medios como The HuffPost, La Razón, La Vanguardia y otros medios especializados en el ámbito financiero.

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